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Entre sus manos yacía su única herencia de un padre bibliófilo con tan pocos tornillos como centavos. El pergamino parecía antiguo, de cuántos años no sabría decir. Era de un color marrón muy oscuro y parecía manchado con rayas de tinta por todo lo largo. Era tan patético que lo consideraba un desperdicio tanto de papel como de tinta; la última gran muestra de locura de su progenitor, seguramente.

Tantos libros en la cabeza, tanta tinta acumulada en el índice por haber recorrido kilómetros de líneas escritas, tanta hambre que dejó de sentirla, el muy desgraciado, dejándosela toda a él.

Leer entre líneas era especialidad suya, y estaba seguro de que esta era la forma que su padre había escogido para reírse en su cara.

Cansado, padeciendo una furia fría encima del hambre y la sed, dejó el trozo de pergamino en la oxidada banca del parque; se marchó para no volver jamás, sin mirar atrás ni una sola vez.

Una pena saber leer entre líneas cuando no se sabe leerlas.

Se quedó entonces aquel tesoro muy bien enterrado en sí mismo, con miles de letras apretadas, formando palabras, formando oraciones, formando textos únicos. Lo mejor de la biblioteca mental de su padre meticulosamente escrito en treinta centímetros cuadrados.

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Citas, cuentos y poemas. La variedad de autores más grande dentro de las posibilidades de los creadores. Libros de todos los temas, tamaños, colores y sabores.

domingo, 29 de mayo de 2011

Esperando a Godot

VLADIMIR.- ¿Qué haces?
ESTRAGON.- Contemplo la luna, como tú.
VLADIMIR.- Me refiero a tus zapatos.
ESTRAGON.- Los he dejado allí. (Pausa.) Otro vendrá, tal... tal... como yo, pero calzará un número menor, y harán su felicidad.
VLADIMIR.- Pero no puedes ir descalzo.
ESTRAGON.- Jesús lo hizo.
VLADIMIR.- ¡Jesús! ¿A qué viene esto? No pretenderás compararte con Él.
ESTRAGON.- Lo he hecho toda mi vida.
VLADIMIR.- ¡Pero si allí hacía calor! ¡Hacía buen tiempo!
ESTRAGON.- Sí. Pero te crucificaban enseguida.
[...]
VLADIMIR.- Es difícil vivir contigo, Gogo.
ESTRAGON.- Sería mejor que nos separáramos.
VLADIMIR.- Siempre dices lo mismo. Y siempre vuelves.
(Silencio.)
ESTRAGON.- Para que todo fuera bien, habría que matarme, como al otro.
VLADIMIR.- ¿Qué otro? (Pausa.) ¿Qué otro?
ESTRAGON.- Como a billones de otros.
VLADIMIR (sentencioso).- Cada cual con su cruz. (Suspira.) Al principio pesa pero cuando llega el fin uno casi ni la nota.
ESTRAGON.- Entretanto, intentemos hablar sin exaltarnos, ya que somos incapaces de callarnos.
VLADIMIR.- Es cierto, somos incansables.
ESTRAGON.- Es para no pensar.
VLADIMIR.- Tenemos justificación.
ESTRAGON.- Es para no escuchar.
VLADIMIR.- Tenemos nuestras razones.
ESTRAGON.- Todas las voces muertas.
VLADIMIR.- Hacen un ruido de alas.
ESTRAGON.- De hojas.
VLADIMIR.- De arena.
ESTRAGON.- De hojas.
(Silencio.)
VLADIMIR.- Hablan por todas a la vez.
ESTRAGON.- Cada cual para sí.
(Silencio.)
VLADIMIR.- Más bien cuchichean.
ESTRAGON.- Murmuran.
VLADIMIR.- Susurran.
ESTRAGON.- Murmuran.
(Silencio.)
VLADIMIR.- ¿Qué dicen?
ESTRAGON.- Hablan de su vida.
VLADIMIR.- No les basta haber vivido.
ESTRAGON.- Necesitan hablar de ella.
VLADIMIR.- No les basta con estar muertas.
ESTRAGON.- No es suficiente.
[...]
ESTRAGON.- Juntos no nos las arreglamos del todo mal, ¿verdad, Didi?
VLADIMIR.- Claro que no.
ESTRAGON.- Siempre encontramos alguna cosa que nos produce la sensación de existir, ¿no es cierto, Didi?
[...]
VLADIMIR.- ¿Qué? ¿Nos vamos?
ESTRAGON.- Vamos.
(No se mueven.)

Samuel Beckett, fragmentos
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Amo Esperando a Godot. Sencillamente, lo amo. A muchos les desespera su lentitud y lo absurdo de la obra, a mí me fascinan. Puedo decir casi con total seguridad que es mi obra preferida. Los fragmentos anteriores son algunos de mis favoritos, pero toda la obra en sí es excelente. Viva el teatro de lo absurdo.
Porque todos estamos esperando
A Godot.

martes, 5 de abril de 2011

Teoría de los Comedores de Uñas

Los comedores de uñas desnudamos nuestros dedos para una percepción descarnada, puntas desguardecidas para tocar un mundo que hace doler. El ser no cierra en nuestro tacto poco firme. Manos para sentir, en su ausencia de belleza. Carne sensible, suspendida, que no cierra. El encarnizamiento de mi boca con mis uñas es el síntoma de un empecinamiento traspuesto. Otro deseo, en el que no cejo, pero al que llevo a un terreno de carne y diente y uña aparece allí, saciando sus tensiones y sus voluntades compulsivas. Estoy perdido, absorto, fuera de mí, en trance, en un ridículo trance de epiléptico con suerte, llevado a la uña como una alternativa fisiológica más digna. Mis dientes tratan una y otra vez de enganchar ese pedacito, esa saliencia, ese borde, ese filo que ya cede. Inmediatamente después de la victoria, sobreviene la desazón: no fui capaz de control, al gran vicio, salud.
Comerse las uñas es quererse inacabado, no se podría decir que un comedor de uñas está bien terminado, como se lo puede decir de una Fender o de un BMW. En la imagen de mis uñas, perfectas, hay uno que no soy yo. Tengo que evitar la caída de mi boca y de mis dedos en esa sucesión compulsiva de encuentros y mordisqueos; nada puedo extraer de la punta de mis dedos que me ayude a cambiar el ser que me dispone al mundo.

Alejandro Rozitchner, Conciencia Rockera
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Este texto de Rozitchner tuve que sacarlo de un video en donde lo lee en voz alta, pues no encontré ninguna versión en el internet, así que es posible y probable que los signos de puntuación estén mal, I did my best.
Me agradan las reflexiones de Rozitchner (y me agrada escribir su apellido cada vez que puedo), aunque en su mayoría habla sobre el ateismo (no tengo nada en contra, de hecho soy lo que se podría llamar atea, pero me interesa poco defenderme de los religiosos) tiene este libro, Conciencia Rockera, que suena... por lo menos interesante. Me agrada su teoría de los comedores de uñas, no podría explicar por qué. Probablemente porque me siento identificada.

jueves, 20 de enero de 2011

Helado de lima y de vainilla

De El Vino del Estío/Vino de Diente de León de Ray Bradbury
"-Helado de lima y vainilla a la antigua...
-¡Ese! --gritó Bill Forrester.
-¡Sí, señor! -dijo Douglas.
Y, mientras esperaban, dieron vueltas lentamente en los taburetes giratorios. Los grifos de plata, los espejos brillantes, los ventiladores que susurraban en el cielo raso, las sombras verdes en las ventanitas, las sillas de respaldos de arpa, pasaron ante los ojos móviles. Dejaron de girar. Los ojos se detuvieron en la cara y la forma de la señorita Helen Loomis, de noventa y cinco años, con una cuchara de creama en la mano y helado de crema en la boca.
-Joven --le dijo la mujer a Bill Forrester--,es usted una persona de gusto e imaginación. Tiene también la fuerza de voluntad de diez hombres. De otro modo no se atrevería a salirse de los gustos comunes; y decidirse, sin titubeos y reservas, por algo tan insólito como un helado de lima y vainilla.
Bill respondió con una solmne inclinación de la cabeza.
-Sientense conmigo, los dos -dijo la mujer-. Hablaremos de helados raros y otras cosas parecidas.
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En efecto, ir a la guerra o ponerte hormigas bala en el pene me parece superfluo, la única prueba sinceramente confiable para saber el precio de una persona es el sabor de nieve favorito.
(menta con chispas de chocolate)
En cuanto al libro y al autor, tengo sentimientos encontrados. Bradbury tiene lapsos geniales, como el proto-cuento del cual saqué este fragmento (sobre un sorta romance entre un joven de 2X y una srita. de 95) y la mayor parte de Fahrenheit 451, pero al final del día su mente desesperantemente gringa a la tradicional conservadora me termina asqueando. Lo bueno es bueno, lo malo es malo, there is no place like home and god bless your family and our nation. Puaj.

miércoles, 19 de enero de 2011

¿Que es el canto de los pajaros?

Adán y Eva de Jaime Sabines; Parte VII
"-¿Qué es el canto de los pájaros, Adán?
-Son los pájaros mismos que se hacen aire. Cantar es derramarse en gotas de aire, en hilos de aire, temblar.
-Entonces los pájaros están maduros y se les cae la garganta en hojas y sus hojas son suaves, penetrantes, a veces rápidas. ¡Por qué?, ¡por qué no estoy madura yo?
-Cuando estés madura te vas a desprender de ti misma, y lo que seas de fruta se alegrará y lo que seas de rama quedará temblando. Entonces lo sabrás. El sol no te ha penetrado como al día, estás amaneciendo.
-Yo quiero cantar. Tengo un aire apretado, un aire de pájaro y de mí. Yo voy a cantar.
-Tú estás cantando siempre sin darte cuenta. Eres igual que el agua. Tampoco las piedras se dan cuenta, y su cal silenciosa se reúne y canta silenciosamente."
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¿Cursi? Sí. Pero muy bueno de todas formas.
Un poema para matar días aburridos, que a fin de cuentas el canto de los pájaros no es más que su fruto haciéndose aire.

Raskolnikov decide seguir luchando.

De Crimen y Castido, Fyodor Dostoievsky
"¡Basta ya! ---se dijo con decisión y entereza---. ¡Fuera todos los espejismos, atrás los vanos terrors y las visiones! La vida existe... ¿Acaso no estoy vivo en esta hora? ¡Mi vida no terminó con la de esa vieja! Ella está en el otro mundo...¡Basta ya, vieja, deja a los otros en paz! ¡He ganado ahora la razón y la luz...la voluntad!...,¡la fuerza!...¡Vamos a ver! ¡A nosotros, ahora! --agregó con aire de altanero desafío, como si dijera a alguna oscura potencia--.¿No he decidido acaso pasar la vida aunque sea en dos pies cuadrados de espacio? Me siento debil en este momento, pero creo que la emfermedad ha pasado ya. Sabía esto cuando salí de casa hace no mucho. A propósito: la casa Pochinkov queda a dos pasos de aquí; no dejare de ir a lo de Razumikhin; iria aunque tuviese que camianr mucho más. ¡Que gane su apuesta! ¡Que se burle de mí, poco importa! LA fuerza,la fuerza es necesaria, sin ella a nada se llega; ahora bien, la fuerza se adquirie por medio de la voluntad y el esfuerzo personal; eso es algo que ellos ignoran", agregó con orgullo y seguridad y con paso firme abandonó el puente. Un minuto bastó para hacer de él otro hombre. ¿Cual era el motivo de tal transformación? Él mismo lo ignoraba; como un ahogado que se aferra a una tabla, parecíale que podría vivir, que la vida no terminaba para él y que no estaba ligada a la de su víctima. Tal vez una conclusión no demasiado precipitada, pero no se le ocurrió pensarlo.
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¿Significara algo malo de mí que uno de los personajes con los que me he identificado más sea un asesino? Rodion Romanovich es oficialmente uno de mis personajes favoritos de todo el tiempo y no en vano proviene de esta obra en particular. Aunque muchos sienten este libro anticuado, yo lo sentí como una cátedra sobre qué se debe hacer al escribir; Dostoievsky enseña cómo se deben de hacer personajes interesantes y complejos, por no decir que enseña el 101 del fino arte del monólogo...Esta sección fue recitada por el personaje principal mientras caminaba y no solo no me pareció tonto sino que me pasé los siguientes dias monologando, así de natural lo hace ver FMD (okei, suficiente con las insinuaciones de desequilibrio psicológico, solo déjenme guardar estas prostitutas muertas debajo de mi librero de teorías de conspiración).
Un libro excelente, abierto a mil interpretaciones (sigo creyendo vehementemente que se suponía que Raskolnikov era con quien debíamos de simpatizar a pesar del asesinato, lo cual aparentemente no es la opinión prevaleciente; donde sea que voy veo descripciones de "la mente emferma del perpetrador de un crimen" o "inhumano ejemplo temprano de la sociopatía". Pues a mi me pareció un tipo agradable.)

Hombre Preso que Mira a su Hijo

al "viejo" hache

Cuando era como vos me enseñaron los viejos
y también las maestras bondadosas y miopes
que libertad o muerte era una redundancia
a quién se le ocurría en un país
donde los presidentes andaban sin capangas
que la patria o la tumba era otro pleonasmo
ya que la patria funcionaba bien
en las canchas y en los pastoreos

realmente botija no sabían un corno
pobrecitos creían que libertad
era tan sólo una palabra aguda
que muerte era tan sólo grave o llana
y cárceles por suerte una palabra esdrújula

olvidaban poner el acento en el hombre

la culpa no era exactamente de ellos
sino de otros más duros y siniestros
y éstos sí
cómo nos ensartaron
con la limpia república verbal
cómo idealizaron
la vidurria de vacas y estancieros

y cómo nos vendieron un ejército
que tomaba su mate en los cuarteles

uno no siempre hace lo que quiere
uno no siempre puede
por eso estoy aquí
mirándote y echándote
de menos

por eso es que no puedo despeinarte el jopo
ni ayudarte con la tabla del nueve
ni acribillarte a pelotazos

vos sabés que tuve que elegir otros juegos
y que los jugué en serio

y jugué por ejemplo a los ladrones
y los ladrones eran policías

y jugué por ejemplo a la escondida
y si te descubrían te mataban
y jugué a la mancha
y era de sangre

botija aunque tengas pocos años
creo que hay que decirte la verdad
para que no la olvides

por eso no te oculto que me dieron picana
que casi me revientan los riñones

todas estas llagas hinchazones y heridas
que tus ojos redondos
miran hipnotizados
son durísimos golpes
son botas en la cara
demasiado dolor para que te lo oculte
demasiado suplicio para que se me borre

pero también es bueno que conozcas
que tu viejo calló
o puteó como un loco
que es una linda forma de callar

que tu viejo olvidó todos los números
(por eso no podría ayudarte en las tablas)
y por lo tanto todos los teléfonos

y las calles y el color de los ojos
y los cabellos y las cicatrices
y en qué esquina
en qué bar
qué parada
qué casa

y acordarse de vos
de tu carita
lo ayudaba a callar
una cosa es morirse de dolor
y otra cosas morirse de verguenza

por eso ahora
me podés preguntar
y sobre todo
puedo yo responder

uno no siempre hace lo que quiere
pero tiene el derecho de no hacer
lo que no quiere

llorá nomás botija
son macanas
que los hombres no lloran
aquí lloramos todos

gritamos berreamos moqueamos chillamos
maldecimos
porque es mejor llorar que traicionar
porque es mejor llorar que traicionarse

llorá
pero no olvides

Mario Benedetti
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Este fue el primer poema de Benedetti que leí. Admito que jamás me interesó la política, los presos políticos y todo aquello que les sucede. Este mundo es un desastre, y es en todo ese embrollo donde más se nota. En fin. La razón por la cual escribí lo anterior (un dato personal que seguramente no les interesa) es que me encantó este poema, y no estoy segura de entender por qué, siendo una persona a quien no le conmueve el honor, la lealtad y esa clase de cosas. No, sigo sin entenderlo, y creo que no lo haré en mucho tiempo. Pero son versos que no podía evitar publicar aquí. Muy bueno.

martes, 11 de enero de 2011

Viejo o adolescente, criollo o mestizo, general, obrero o
licenciado, el mexicano se me aparece como un ser que se
encierra y se preserva: máscara el rostro, máscara la sonrisa.
Plantado en su arisca soledad, espinoso y cortés a un tiempo,
todo le sirve para defenderse: el silencio y la palabra, la
cortesía y el desprecio, la ironía y la resignación. Tan celoso de
su intimidad como de la ajena, ni siquiera se atreve a rozar con
los ojos al vecino: una mirada puede desencadenar la cólera de
esas almas cargadas de electricidad. Atraviesa la vida como
desollado; todo puede herirle, palabras y sospecha de palabras.
Su lenguaje está lleno de reticencias, de figuras y alusiones, de
puntos suspensivos; en su silencio hay repliegues, matices,
nubarrones, arco iris súbitos, amenazas indescifrables. Aun en
la disputa prefiere la expresión velada a la injuria: "al buen
entendedor pocas palabras". En suma, entre la realidad y su
persona se establece una muralla, no por invisible menos
infranqueable, de impasibilidad y lejanía. El mexicano siempre
está lejos, lejos del mundo y de los demás. Lejos, también, de
sí mismo.
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El Laberinto de la Soledad. Capítulo: Máscaras Mexicanas.
Octavio Paz.

Conocí realmente el trabajo de Paz por su obra ensayística merecedora del premio nobel de 1992. El Laberinto de la Soledad me abrió puertas impensables en la comprensión profunda de la cultura popular, en las raíces que aún me gusta llamar "socialmente psicológicas" del comportamiento del mexicano, puertas que hasta ahora me llevan a pensar en el futuro de mi profesión y mi pensamiento. Todo mi interés en antropología, sociología, historia y demás parecidas nacen realmente de la lectura de esta obra maestra, que es imposible no leer por interés: No es una obra fría y un estudio insensible y alejado de la psique del lector, sino que el mismo se ve reflejado, y su entorno de la misma manera, por los agudos e interesantes juicios que la obra presenta. Nos convertimos en protagonistas de una trama emocionante porque es nuestra historia sin pasado ni futuro, escrita hace más de medio siglo, y con una validez actual que impresiona. El Laberinto de la Soledad nos conoce mejor que nosotros mismos. Sin máscaras. Sin simulacros. Y con el miedo de un ser indefenso y atrapado desde hace siglos entre dos mundos.

domingo, 9 de enero de 2011

Geografía

Probado que las hormigas son las verdaderas reinas de la creación (el lector puede tomarlo como una hipótesis o una fantasía; de todas maneras le hará bien un poco de antropofuguismo), he aquí una página de su geografía:
(P. 84 del libro; se señalan entre paréntesis los posibles equivalentes según la clásica interpretación de Gastón Loeb.)
"... mares paralelos (¿ríos?). El agua infinita (¿un mar?) crece en ciertos momentos como una hiedra-hiedra-hiedra (¿idea de una pared muy alta, que expresaría la marea?). Si se va-va-va-va (noción análoga aplicada a la distancia) se llega a la Gran Sombra Verde (¿un campo sembrado, un soto, un bosque?) donde el Gran Dios alza el granero continuo para sus Mejores Obreras. En esta región abundan los Horribles Inmensos Seres (¿hombres?) que destrozan nuestros senderos. Al otro lado de la Gran Sombra Verde empieza el Cielo Duro (¿una montaña?). Y todo es nuestro, pero con amenazas."
Esta geografía ha sido objeto de otra interpretación (Dick Fry y Niels Peterson Jr.). El pasaje correspondería topográficamente a un pequeño jardín de la calle Laprida, 628, Buenos Aires. Los mares paralelos son dos canaletas de desagüe; el agua infinita, un bañadero de patos; la Gran Sombra Verde, un almácigo de lechuga. Los Horribles Inmensos Seres insinuarían patos o gallinas, aunque no debe descartarse la posibilidad de que realmente se trate de los hombres. Sobre el Cielo Duro se cierne ya una polémica que no terminará pronto. A la opinión de Fry y Peterson, que ven en él una medianera de ladrillos, se opone Guillermo Sofovich, que presume un bidé abandonado entre las lechugas.

Julio Cortázar, Historias de Cronopios y de Famas
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Historias de Cronopios y de Famas tiene muy buenos textos, entre los mejores probablemente estén los manuales de instrucciones, los oficios poco comunes, la guía de conducta en un velorio y una gran variedad de los cuentos de cronopios y famas; este texto es sencillo, agradable y divertido. Al hablar de hormigas uno se espera de antemano algo diferente y se deja llevar, pero Cortázar nos sorprende haciendo algo diferente a lo diferente (cuidado de no confundir lo "diferente" con lo "diferente").

jueves, 6 de enero de 2011

Die Feder kritzelt

Die Feder kritzelt: Hölle das!
Bin ich verdammt zum Kritzeln-Müssen? -
So greif ich kühn zum Tintenfaß
Und schreib mit dicken Tintenflüßen.

Wie läuft das hin, so voll, so breit!
Wie glückt mir alles, wie ich's treibe!
Zwar fehlt der Schrift die Deutlichkeit -
Was tut's? Wer liest denn, was ich schreibe?
***
Raspa la pluma: ¡al diablo!
¿Estaré eternamente condenado a raspar?
Resuelto me lanzo al tintero
Y escribo con espesos ríos de tinta.

¡Qué fluidez, qué plenitud, qué estilo!
¡Qué bien me sale, qué bien lo hago!
Tal vez a mi escritura le falte claridad -
¿Y qué? ¿Quién lee lo que escribo?

F. Nietzsche
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He aquí un poema del loco de Turín, corto y al punto; esto tal vez nos recuerde sus famosos aforismos.
Representa sin duda una de las encrucijadas a las que se enfrentan los escritores. A mi parecer no existe respuesta correcta, depende completamente del escritor, que debe decidir quién será su público y qué lo hará sentir satisfecho con su trabajo. En cuanto a la postura de Nietzsche, parece ser bastante clara, aunque sólo el escritor en los rincones más oscuros y silenciosos de su mente es consciente de la sinceridad con la que realmente cree en lo que afirma creer.          (¿Tal vez ni ahí?)

Romper la realidad

De Los Detectives Salvajes de Roberto Bolaño
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Pero esta segunda visita fue diferente. La pobreza y el abandono de la calle Ruben Darío se le derrumbaron encima como una amenaza de muerte. El cuarto donde vivía Cesárea era limpio y ordenado, tal como cabía esperar del cuarto de una ex-maestra, pero algo emanaba de él que le pesó el corazón. El cuarto era la prueba feroz de la distancia casi insalvable que mediaba entre ella y su amiga. No era que el cuarto estuviera desordenado o que oliera mal (como preguntó Belano) o que su pobreza hubiera traspasado los límites de la pobreza decente o que la suciedad de la calle Rubén Darío tuviera su correlato en cada uno de los rincones de la habitación de Cesárea, sino algo más sutil, como si la realidad, en el interior de ese cuarto perdido, o peor aún, como si alguien, Cesárea, ¿quién si no?, hubiera ladeado la realidad imperceptiblemente, con el lento paso de los días. E incluso cabía una opción peor: que Cesárea hubiera torcido la realidad voluntariamente.
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Un libro de incertidumbres, de historias de segunda mano, de hoyos y de vacíos; Los Detectives Salvajes es genial de una forma extraña.

Dramatica Reacción de una jovencita ante un aborto y la infertilidad. :(

De La Tumba de Jose Agustín Ramírez
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(En una clínica de abortos)
El médico lo hizo admirablemente por setecientos pesos. Me vio con desprecio.
--A ver si así escarmientan
--¡Lárguese al infierno!
--¿Sí?, pues desgraciadamente no podrán seguir siendo clientes de la casa.
--¿Por qué, mi inefable?
--Ella quedó imposibilitada, no podrá tener más familia--gozaba al decirlo, el retrasado mental.
--Muchas gracias por sus informes, doctor Mendoza
--¿Cómo supo mi nombre?
--Ya lo ve...
--No quiero ninguna clase de problemas, jovencito, recuerde que si usted hace escándalo/
--Pierda cuidado, galeno de mierda, no me interesa quebrar su tingladito.
Nos fuimos de ahí. Clic, clic. Y a los tres días nos emborrachamos de lo lindo. ¡Cómo me había reído del médico! Y cuando Elsa supo que no podría tener más hijos, aulló de alegría y se dedicó al trago de todo corazón.
--¡Que se acaben los niños y viva el Anovlar! --aullaba.
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¿Porqué quiere enderezar clavos?

De Rayuela, Julio Cortázar.
--Sos de una delicadeza que me parte literalmente el alma --dijo Oliveira.
--Gracias. Estábamos en que yerba y clavos. ¿Para que quéres los clavos?
--Todavía no lo sé --dijo Oliveira, confuso--. En realidad saqué la lata de clavos y descubrí que estaban todos torcidos. Los empezé a enderezar y con este frío, ya ves...Tengo la impresión que cuando tenga clavos bien derechos voy a saber para qué los necesito.
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Esa es sinceramente la unica razón lógica que veo para hacer cualquier labor del hogar. Una mejor pregunta es, ¿quién enchuecó los clavos?

Ernie el pianista y los imbéciles que le aplaudian

De El Guardián entre el Centeno de JD Salinger, DEP
"Ernie el pianista y los imbéciles que le aplaudían"
A pesar de ser tan tarde, Ernie's estaba de bote en bote. Casi todos eran imbéciles de los últimos cursos de secundaria y más imbeciles de la universidad. Casi todos los colegios del mundo dan las vacaciones antes que los colegios a los que voy yo. Estaba tan lleno que casi no podías dejar el abrigo en el guardarropa. Pero no había casi ruido porque Ernie estaba tocando el piano. Cuando él se sentaba al piano se suponía que era algo sagrado, por el amor de Dios. No hay nadie que sea tan bueno. Había tres parejas y yo esperando a que nos dieran mesa y todos empujaban y se ponían de puntillas para ver a Ernie mientras tocaba. Tenía un maldito espejo muy grande delante del piano y un gran foco dirigido a él para que todos pudiesen ver su cara mientras tocaba. No podías ver sus dedos mientras tocaba, solo su cara grandota. Vaya cosa. No estoy seguro de cómo se llamaba la canción que estaba tocando cuando entré, pero la que fuese la estaba destrozando. Añadía a las notas altas unos estúpidos arpegios pretenciosos y un monton de florituras de esas que me dan cien patadas. Pero deberían de haber oído a la gente cuando acabó. Habrían vomitado. Se volverion locos. Eran exactamente los mismos cretinos que en el cíne se ríen por cosas que no tienen ninguna gracia. Juro por Dios que si yo fuera pianista o algo así, y todos esos imbéciles pensaran que era maravilloso, me reventaría. Ni siquiera querría que me aplaudiesen. La gente siempre aplaude cuando no debe. Si yo fuera pianista, tocaría dentro de un pinche armario. Bueno, pues cuando todo acabó y todo el mundo aplaudía como loco, Ernie se volvió y, sin levantarse del taburete, hizo una reverencía falsísima. Como muy humilde. Como si además de tocar el piano como nadie fuera un tío estupendo y muy humilde. La cosa resultaba falsísima, tratándose como se trataba de un esnob de primera y todo eso. Pero, de algún modo, cuando acabó me dio como pena. Creo que él ya no sabe cuándo toca bien y cuándo no. No es culpa suya del todo. En parte culpo a todos esos imbéciles que aplauden como locos. Si les dieras la oportunidad, podrían confundir a cualquiera. Bueno, pues me hizo sentirme otra vez deprimido y asquerosamente mal y estuve a punto de recoger mi abrigo y regresarme al hotel, pero era demasiado temprano y no tenía muchas ganas de estar solo.
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Uno de los párrafos que me hizo lo que soy.
Si fuera un pianista, tocaría dentro de un puñetero armario.

Las Palabras Perdidas

-Literatura es son ido –dijo-, sound trackbalenguas and Field ing. Orto grafía es literhartura. Odia a tus pares. Par odia. Sé Pantacruel, haz Góngoras para tu Gargantúa con los peomas que has (m)amado. ¡Vomátalos!

El Rojo aún estaba tratando de entender cuando Adán Nada dio una orden y tres de los Paranomásicos Pimienta repartieron rápidamente un encarte en forma de menú, que Adán pasó a declamar:


RESTORÁN TROCADERO

(A Dos Passos del Museo Hemingway)

Baudelaire Acondicionado


CARTA A MILENA

D’Ors d’ouvre

Ensaladilla rusa estilo Corta Zar

Con mayonesa Mac Cullers

Víctor Jugo

Emilio Zopa

Caldo Gallegos


Entremeses

Perrault calientes

Juan Jamón Jiménez

Francis Bacon


Frutas

Peras al olmo

Duraznos Margarite

Truman Zapote


Especialidad de la casa

Pound de Judío en salsa Ezra


Pescados

Merluza (Robbe) Grillé

Ramón Gómez de la Cherna

Teodoro W. al horno


De pronto, el Flaco dio dos palmadas y todos se volvieron hacia él.

-Ya estoy listo para ordenar, camarero –dijo-. ¿Podría pasar a los postres?

Adán lo miró, confundido, sacó un pañuelo y se secó la frente.

-Con todo disgusto, señor –murmuró haciendo una venia-. Hay Flan Kafka, Guy de Mazapán, Robert Frozen, Camus de Chocolate y, desde luego, René Depostre.

Jesús Díaz, fragmentos
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Este fragmento en específico no tiene un gran impacto, es un feliz y sencillo juego de palabras agradable a la vista. El corto poema del inicio es quizás la excepción. Pero estoy segura que aquel que lo lea por la fuerza tiene que reconocer alguno de los platillos del menú, y si suele disfrutar de aquel platillo con frecuencia, no me cabe duda que mínimo le hará sonreír el texto; yo me inclino por el Flan Kafka y el Camus de Chocolate. El libro de Las palabras perdidas es poco conocido y sin embargo fabuloso, además tiene una intertextualidad increíble.

miércoles, 5 de enero de 2011

Movimiento

Si tú eres la yegua de ámbar
yo soy el camino de sangre
Si tú eres la primer nevada
yo soy el que enciende el brasero del alba
Si tú eres la torre de la noche
yo soy el clavo ardiendo en tu frente
Si tú eres la marea matutina
yo soy el grito del primer pájaro
Si tú eres la cesta de naranjas
yo soy el cuchillo de sol
Si tú eres el altar de piedra
yo soy la mano sacrílega
Si tú eres la tierra acostada
yo soy la caña verde
Si tú eres el salto del viento
yo soy el fuego enterrado
Si tú eres la boca del agua
yo soy la boca del musgo
Si tú eres el bosque de las nubes
yo soy el hacha que las parte
Si tú eres la ciudad profanada
yo soy la lluvia de consagración
Si tú eres la montaña amarilla
yo soy los brazos rojos del liquen
Si tú eres el sol que se levanta
yo soy el camino de sangre

Octavio Paz
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"¿Qué es la vida, sino movimiento?", parece preguntarnos el poema de Paz, tan rítmico en su vaivén pendular, mientras explora las posibilidades profundas del desarrollo de la condición humana. Es necesario un impulso, alguna fuerza motriz que de cuerda al mundo, pues este no puede permanecer estático; es así que el "Yo" aparece siempre definido en función del "Tú", a través de las duplas nominales del poema: la vida es un constante intercambio entre el ser y su mundo.

Octavio Paz, cuya obra, personalmente, me parece fantástica, sigue la tradición del surrealismo: ¿qué clase de discurso obtenemos, si al pensamiento lo despojamos de la intervención reguladora de la razón? Justamente, aquel en donde predomina la idea abstracta, más allá de los límites de la realidad y más parecido a aquel de los sueños en donde todo es símbolo, todo es sensación, color y movimiento.

lunes, 3 de enero de 2011

Las Palabras

Todo lo que usted quiera, sí señor, pero son las palabras las que cantan, las que suben y bajan… Me posterno ante ellas… Las amo, las adhiero, las persigo, las muerdo, las derrito… Amo tanto las palabras… Las inesperadas… Las que glotonamente se esperan, se escuchan, hasta que de pronto caen… Vocablos amados… Brillan como piedras de colores, saltan como platinados peces, son espuma, hilo, metal, rocío… Persigo algunas palabras…

Son tan hermosas que las quiero poner todas en mi poema… Las agarro al vuelo, cuando van zumbando, y las atrapo, las limpio, las pelo, me preparo frente al plato, las siento cristalinas, vibrantes, ebúrneas, vegetales, aceitosas, como frutas, como algas, como ágatas, como aceitunas… Y entonces las revuelvo, las agito, me las bebo, me las zampo, las trituro, las emperejilo, las liberto… Las dejo como estalactitas en mi poema, como pedacitos de madera bruñida, como carbón, como restos de naufragio, regalos de la ola… Todo está en la palabra… Una idea entera se cambia porque una palabra se trasladó de sitio, o porque otra se sentó como una reinita adentro de una frase que no la esperaba y que le obedeció…

Tienen sombra, transparencia, peso, plumas, pelos, tienen de todo lo que se les fue agregando de tanto rodar por el río, de tanto transmigrar de patria, de tanto ser raíces… Son antiquísimas y recientísimas… Viven en el féretro escondido y en la flor apenas comenzada… Qué buen idioma el mío, qué buena lengua heredamos de los conquistadores torvos… Estos andaban a zancadas por las tremendas cordilleras, por las Américas encrespadas, buscando patatas, butifarras, frijolitos, tabaco negro, oro, maíz, huevos fritos, con aquel apetito voraz que nunca más se ha visto en el mundo… Todo se lo tragaban, con religiones, pirámides, tribus, idolatrías iguales a las que ellos traían en sus grandes bolsas… Por donde pasaban quedaba arrasada la tierra… Pero a los bárbaros se les caían de las botas, de las barbas, de los yelmos, de las herraduras, como piedrecitas, las palabras luminosas que se quedaron aquí resplandecientes… el idioma. Salimos perdiendo… Salimos ganando… Se llevaron el oro y nos dejaron el oro… Se lo llevaron todo y nos dejaron todo… Nos dejaron las palabras.

Pablo Neruda
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Un poema genial, en mi opinión. Neruda no es de mis escritores preferidos, a pesar de ello algunos de sus poemas no dejan de agradarme, pero lo que realmente me gusta del poeta son esta clase de creaciones. Capaz de transmitirnos sensaciones jamás imaginadas, la primer parte del poema es magia pura, rematada y enmarcada con el párrafo final: las palabras entregan elegantemente una caricia que a su vez es reclamo a los conquistadores españoles.

Adaptación de poema indio

Allí mezclaron y confundieron todos los elementos del bien y del mal, el dolor y la alegría, la fealdad y la hermosura, la abnegación y el egoísmo, los gérmenes del hielo, destinados a mundos hechos de manera que el frío causase una fruición deleitosa en sus habitantes, y los del calor, compuestos para globos cuyos seres habrían de gozar en las llamas, y revolvieron los principios de la divinidad, el espíritu con la grosera materia, la arcilla y el fango, confundiendo en un mismo brebaje la impotencia y los deseos, la grandeza y la pequeñez, la vida y la muerte. Aquellos elementos tan contrarios rabiaban al verse juntos en la marmita.
[...] sopló, y apareció un mundo, un mundo deforme, aplastado por los polos, que volteaban de medio ganchete, con montañas de nieve y arenales encendidos, con fuego en las entrañas y océanos en la superficie, con la humanidad frágil y presuntuosa, con aspiraciones de dios y flaquezas de barro. El principio de muerte destruyendo cuanto existe, y el principio de vida, con conatos de eternidad, reconstruyéndolo con sus mismos despojos; un mundo disparatado, absurdo, inconcebible: nuestro mundo, en fin.

Bécquer, fragmento
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Al leerlo no pude evitar recordar y comparar el texto con el Génesis de la Biblia (no lo he leído completo pero como toda persona que ha crecido en una escuela católica tengo una muy buena idea de lo que dice), no pude evitar sonreír ante el realismo que en mi opinión destaca en este texto si se le compara con la versión católica (sin ánimos de ofender la fe de nadie); creo que fue sin duda la última oración la que me capturó: "un mundo disparatado, absurdo, inconcebible: nuestro mundo, en fin." Al parecer los poemas indios son más interesantes de lo que creía.
Bécquer es famoso tanto por sus poemas como por sus narraciones, pero se le suele reconocer por sus poemas. ¿Quién no conoce Las Golondrinas? ¿Qué es poesía? A pesar de esto, a mí me agradan más sus narraciones. Cuestión de gustos, claro está; quizás es el poema en sí el que es grandioso, pero la narrativa de Bécquer no le hace ningún daño.

¿Es el alma? de Ernesto Sabato

¿Es el alma un extraño en la tierra?
¿Adónde dirige sus pasos?
Es la voz lunar de la hermana a través de la noche sagrada que oye el peregrino
el sombrío
en su barca nocturna
en los estanques lunares
entre podridos ramajes, entre muros leprosos.
El delirante está muerto
se entierra al extraño.
Hermana de tempestuosa tristeza
¡mira!
Una barca angustiada naufraga
bajo las estrellas
el rostro callado de la noche.
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Críptico poema, a mi juicio metafísico o algo así, que aparece al final de "Abaddón el Exterminador" de Ernesto Sabato. A pesar de que no soy un gran fanático de una poesía tan formal, tiene mucho de memorable. Sabato tiene un efecto chistoso en mí; siempre que lo leo me digo que no es tan bueno y que de hecho apesta, pero a la hora de la hora siempre quiero volver a leerlo, siempre estoy imitándolo y siempre lo estoy recomendando. Lo acompaño con una cita del mismo autor, que seguía al poema en el libro y que, en cierta forma, lo complementa:
"Porque no hay poesía festiva, alguien había dicho, pues quizá sólo del tiempo y de lo irreparable se puede hablar."
Amen.