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Entre sus manos yacía su única herencia de un padre bibliófilo con tan pocos tornillos como centavos. El pergamino parecía antiguo, de cuántos años no sabría decir. Era de un color marrón muy oscuro y parecía manchado con rayas de tinta por todo lo largo. Era tan patético que lo consideraba un desperdicio tanto de papel como de tinta; la última gran muestra de locura de su progenitor, seguramente.

Tantos libros en la cabeza, tanta tinta acumulada en el índice por haber recorrido kilómetros de líneas escritas, tanta hambre que dejó de sentirla, el muy desgraciado, dejándosela toda a él.

Leer entre líneas era especialidad suya, y estaba seguro de que esta era la forma que su padre había escogido para reírse en su cara.

Cansado, padeciendo una furia fría encima del hambre y la sed, dejó el trozo de pergamino en la oxidada banca del parque; se marchó para no volver jamás, sin mirar atrás ni una sola vez.

Una pena saber leer entre líneas cuando no se sabe leerlas.

Se quedó entonces aquel tesoro muy bien enterrado en sí mismo, con miles de letras apretadas, formando palabras, formando oraciones, formando textos únicos. Lo mejor de la biblioteca mental de su padre meticulosamente escrito en treinta centímetros cuadrados.

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Citas, cuentos y poemas. La variedad de autores más grande dentro de las posibilidades de los creadores. Libros de todos los temas, tamaños, colores y sabores.

lunes, 11 de febrero de 2013

"Cemí es una habanero del centro de la ciudad [...] Su cara tiene algo raro, una especie de tristeza irónica, parece decir, todo puede llegar a la grandeza, pero todo es una miseria, que le vamos a hacer." (Lezama Lima, José "Paradiso") .................................................................................................................................................. Otro buen fragmento de la novela de Lezama. Probablemente una de las mejores descripciones de un personaje, jamás.
"Miss me? I hope you did. I'm sure you did. Esa es la característica más humana que tengo: el egoísmo. De hecho, esa es la característica más humana que existe. Es tan fuerte el egoísmo que vive en cda uno de ustedes que estoy seguro que no es el amor el sentimiento que mueve a su mundo. No: es su majestad, El Egoísmo. Pero bueno, no estoy aquí --en algún planeta que la NASA no ha sido capaz de descubrir aún --para hablarte de algo que ya sabes. Estoy aquí para platicarte un rato. Y, ¿de qué te platico? Pues de lo que me toca platicar, ¿de que más? Y lo que me toca platicar es lo que pasó en el Palais de Tokio @ Paris. Total, ¿a cuánto queda este museo si te vas caminando del Costes? No me acuerdo bien, pero según yo se toma como media hora o cuatro, no sé..."(Leal, Gisela "El club de los abandonados") ........................................................................................................................................................ Todos tenemos un libro que leemos porque sabemos que nosotros mismos lo pudieramos haber escribido. O por lo menos yo lo tengo: es "El club de los abandonados" de Gisela Leal. Es, simplemente, un goce de libro. Divertídisimo y desmadroso y chistoso y, a veces, emotivo incluso.
"¿Cuándo empezó esto que ahora va a terminar con mi asesinato? Esta feroz lucidez que ahora tengo es como un faro y puedo aprovechar un intensísimo haz hacia vastas regiones de mi memoria: veo caras, ratas en un granero, calles de Buenos Aires o Argel, prostitutas y marineros; muevo el haz y veo cosas más lejanas: una fuente en la estancia, una bochornosa siesta, pájaros y ojos que pincho con un clavo. Tal vez ahí, pero quién sabe: puede ser mucho más atrás, en épocas que ahora no recuerdo, en períodos remotísimos de mi primera infancia. No sé. ¡Qué importa, además?" (Sábato, Ernesto "Sobre Heroes y Tumbas") ................................................................................................................................................. El cardíaco inicio del "Informe sobre Ciegos", la tercera parte de mi novela amuleto. No puedo describir lo que es llegar a esto en el avance de la novela: siempre se halaga a los escritores latinoamericanos por su sentido político y el blablabla de su yadiguiyadigui, pero aquí Sábato nos da un giro digno de cine. La historia empieza con una nota de periódico sobre la muerte de Alejandra Vidal y su padre, Fernando. En el resto de la novela no aparece Fernando. Dos capítulos sobre la relación de Alejandra con Martín del Castillo, al final del segundo se menciona un poco a Fernando, todavía como alguien misterioso. Luego BAM ésto, y tenemos las aventuras de Fernando Vidal, para mi uno de los mejores anti-héroes de la literatura, punto. Ya no adoro tan incondicionalmente ésta novela como antes, pero leo una parte y recuerdo porque la empecé a adorar. Tendré que poner más segmentos de ella.
"Desde la muerte de su padre, Cemí asociaba toda separación a la idea de la muerte. El regreso de toda partida, era la ausencia del morir. A medida que fueron pasando los años, paradojalmente, esa sensación de muerte, que se entrelazaba a sus estados de laxitud, a los comienzos de toda somnolencia, o a la resistencia de un hastío que no se doblega, lo fueron llevando, al cobrar conciencia de esos estados de abstemia, a sentir la vida como una planicie, sobre la que se desenvuelve un espeso zumbido, sin comienzo, sin finalidad, expresión para esos estados de ánimo que redujo con los años, hasta decir con sencillez que la vida era un bulto muy atado, que se desataba al caer en la eternidad." (Lezama Lima, "Paradiso") ................................................................................................................................................................ Un libro indescriptiblemente dificil y oblicuo pero que está lleno de momentos como éstos. Lezama Lima tiene una forma de describir muy diferente a todo lo demás que he leído. Paradiso es una especie de combinación de poesía, prosa y filosofía, para mi los momentos más hermosos --los que realmente me dan algo más que pensar "¡Ésto es literatura GRANDE!" --son aquellos en donde la historia se encoge hasta los personajes. Decir que la novela es pretenciosa sería no hacerle justicia: Lezama quería que lo siguieran tratando de descifrar por años y años y, yay, lo logró. Pero lo que hizo que siguiera leyendo fue que terminé encariñándome con su personajes cuando éstos aparecían como persona y no como símbolos. He leído algunas reseñas que me dan la impresión de que aparentemente buscar seres humanos en éste libro es en sí mismo escándaloso: "¡Es algo mucho más complejo que un simple personaje como persona!" Puaj. Aquí vemos como la muerte de su padre cambia por completa la forma misma en que Cemí describe la vida, lo cuál me parece real y mucho más hermoso que la "teoría lezaniana del erotismo de la lejanía".